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Drácula 2001

Dracula 2000, EE.UU. 2000
Género: Terror
Director / Autor: Patrick Lussier
Elenco: Gerard Butler (Dracula), Christopher Plummer (Van Helsing), Jonny Lee Miler (Simon Sheppard), Justine Waddel (Mary), Collen Fitzpatrick (Lucy), Jennifer Esposito (Solina), Jeri Ryan (Valerie Sharpe)

Sinopsis: Un grupo de ladrones supersofisticados decide atracar la bóveda secreta de un rico anticuario llamado Van Helsing, quien seria nieto del hombre que inspiró a Bram Stoker para componer su cazavampiros del mismo nombre.
El razonamiento de los rateros es que si la bóveda tiene tantos mecanismos de seguridad para que nadie entre, la razón debe ser que el anticuario guarda cosas realmente muy valiosas. Lamentablemente para ellos, la bóveda no guarda nada valioso y las extrañas compuertas metálicas no fueron puestas para que nadie pueda entrar... sino para que nadie pueda salir.
El único resultado del robo es la liberación de un ser que durante un siglo estuvo preso: Drácula.

Crítica: Lo primero que llama la atención de esta película es la decisión de la distribuidora local de cambiar el título de Dracula 2000 a Drácula 2001.
Algo del año 2000 ya es viejo, del siglo pasado (recordemos que el último día del siglo XX fue el reciente 31 de diciembre) y esa es la razón de la modificación. Sin embargo, y a pesar este esfuerzo, a este Drácula se lo ve decididamente viejo, ya que esta cinta se contenta con reciclar -con leves modificaciones- los mismo conceptos que ya vimos una y otra vez en diferentes películas de vampiros. Tal vez lo único “nuevo” de este film es la machacante banda sonora (que incluye temas de Slayer, Pantera, Monster Magnet...) pensada más para vender discos que para acompañar las escenas.
Y esto es porque esta película no tiene prácticamente nada que agregar al mito, salvo una relativamente interesante explicación bíblica del origen del vampiro y su particular aversión por las cruces y la plata.
Por lo demás, vemos un Drácula interpretado por el poco convincente Gerard Butler, que apenas llega al nivel de la suela de interpretaciones como las de Christopher Lee o Bela Lugosi. Paralelamente, el Van Helsing de Christopher Plummer se ve muchísimo más sólido. Tal vez para evitar comparaciones indeseables, decidieron eliminar rápidamente a su personaje.
El cocktail se completa con una colección de chistes a los que resulta muy fácil seguir su genealogía “Yo nunca bebo... café” (en “Dracula” de 1931 era vino), “Esto no me afecta (señalando una cruz), soy ateo” (en “The Fearless Vampire Killers” era judío) y así sucesivamente. Quizás la intención era que estas frases funcionasen como citas, pero lo único que consiguen es remarcar la falta de ideas de los guionistas.
El resultado es una olvidable resurrección de un personaje clásico. Por respeto a Bram Stoker (y a todos sus seguidores) más hubiera valido dejar a Drácula guardado en su cajón.

Puntaje según el autor de esta crítica: 4

Observaciones: La producción ejecutiva corrió por cuenta de Wes Craven

Crítica enviada por Pablo Sapere, el 14-May-2001 | Calificación según los lectores: 6.40 | Total de votos: 110

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Última actualización: 15-Mar-2009 - 19:07:22